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viernes, 12 de julio de 2013

Lo que no debes olvidar de un niño

A menudo profesores y padres olvidamos que los niños no son adultos en miniatura, es importante ofrecerles la atención que se merecen como niños porque es una etapa que nunca volverá y es fundamental vivirla con toda su intensidad. 
No tengáis prisa porque crezcan, cada cosa tiene su momento y no comparéis vuestros hijos o alumnos con los logros de otros, comparadlo con él mismo, con su propia evolución.

No olvides que un niño:


  • El juego es lo que más le interesa, con el juego además de divertirse, va adquiriendo la mayoría de los aprendizajes. Los adultos tendremos que proponerles juegos variados y facilitar que puedan jugar tanto en solitario como en compañía de otros niños y adultos.


  • Le gusta investigar, conocer las cosas que le rodean, el mundo es nuevo para él. Nosotros como adultos, ya sea padres o maestros, tenemos que ayudarle en ese proceso poniendo a su alcance experiencias variadas que desarrollen todas sus habilidades y respondan a sus intereses.


  • Imita muchas de las cosas que ve a su alrededor, por ello es importante que los adultos cuidemos nuestro lenguaje, la forma en la que nos expresamos, que tengamos un ocio variado que también pueda servir de ejemplo a nuestros hijos y alumnos.  No sirve el "tu haz lo que yo te diga, no lo que yo haga".


  • Le gusta ser escuchado, lo que nos cuenta es importante para él y quiere que le prestemos atención, no siempre es fácil, sobre todo como maestro cuando tienes muchos alumnos, pero es fundamental establecer una relación de confianza y respeto en la que el niño sienta que puede expresar sus ideas y necesidades y que el adulto le escucha.


  • Necesita cariño, saber que es querido, es muy importante para una buena inteligencia emocional en el futuro.  


  • Está conociendo las consecuencias de sus propias acciones. Esto significa que va viendo cuáles son las reacciones de los demás ante los actos suyos, es importante que nuestras reacciones sean coherentes y consecuentes con lo que queremos obtener, eso le ayudará a adquirir los hábitos básicos. Por ejemplo si un niño aprende que siempre que llora consigue su objetivo, esa será su forma de hacerlo, si como padre o maestro no quieres que sea esa la manera, enséñale otras formas.


  • Sus errores son una manera de aprender, no tenemos que adelantarnos siempre a sus actos, corregirles todo lo que hagan sin dejarles experimentar a no ser lógicamente que sean situaciones que entrañen peligro para el niño.


  • El contacto con la naturaleza es apasionante para él, déjale pisar los charcos, tocar la arena, jugar con el agua... Es algo muy básico pero se nos suele olvidar su importancia y a menudo los adultos estamos tan preocupados porque pueda mancharse que no le dejamos que disfrute.

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